Cuando escuchas la
palabra terrorismo, qué se te viene a la mente? Estoy segura que aquí en los
Estados Unidos mucha gente solo sabía sobre el terrorismo en los 90s debido a
los ataques en otros países y lo que las noticias decían sobre eso. Hubo
ataques terroristas en suelo americano pero no tan común como en otros lugares.
En 1982, cuando yo
tenía aproximadamente 8 años. Recuerdo que mi familia tenía que visitar a un
bebe recién nacido al hospital. Como no me dejaban entrar al cuarto del
hospital, me quedé en la sala de espera revisando unas revistas. Nunca me
olvidaré de la cubierta de una de las revistas que miré, donde había un monstruo.
Me quedé mirando la revista, tratando de entender qué le había pasado a esa
persona. Cuando mi mamá salió del cuarto y le pregunté. Ella me dijo: “Esta es
una niña la cual fue quemada debido a que los terroristas incendiaron su casa.”
Una niña de 8 años no puede procesar eso. Todo lo que supe fue que terroristas
eran malos y que me alegraba que estuvieran muy muy lejos de mi.
Por la mayor parte
de los 80s, se veía en las noticias constantemente lo que los terroristas
estaban haciendo en Perú. La mayoría de veces estos ataques sucedieron lejos de
la capital, y cuando era en la ciudad usualmente eran a los bancos, o
estaciones de policía. Recuerdo que mucha gente fue asesinada en otros lugares
muy lejos de Lima, y aunque suene muy triste, solo recuerdo estar aliviada que
esto era muy lejos y que estaba bendecida de vivir en la capital de Perú, Lima.
Fui la generación
que fue enseñada a no recoger nada de las calles en caso fuese una bomba. Cuando
tuve que viajar fuera del país, los peruanos estábamos en el radar así como los
musulmanes están ahora. Las medidas de seguridad eran extremas en el aeropuerto
de Lima. Yo estaba feliz de que estábamos siendo protegidos. Muchos de nosotros
tuvimos que entender que las épocas habían cambiado y que teníamos que lidiar
con esto.
Cuando terminé la
secundaria en 1991, para entrar a una buena universidad, tenía que prepararme
para el examen. Me inscribí en una academia para alistarme para ese examen y me
quede ahí por un año y conocí excelentes amigos. Uno de ellos era mi amigo que
era excelente en Historia. Ya que ese curso no era mi fuerte, muy a menudo me
iba a su casa para estudiar con él, y nos convertimos en amigos cercanos. Un día
el me prestó su cuaderno, y recuerdo que en la primera página estaba su nombre,
teléfono y dirección.
Era un jueves en la
noche (16 de Julio de 1992) y recuerdo que estaba haciendo mi tarea en la
computadora. Y de repente, escucho un boom, pero muy lejos. No había sido
fuerte para mí, solo porque era demasiado lejos, pero nuestras ventanas se
remecieron y se sabía que había sido algo grande. Mi primera pregunta fue, “Qué
fue eso? Fue una bomba? Dónde?” Enseguida prendimos la TV y escuchamos que la
Calle Tarata en el hermoso distrito de Miraflores había sido atacada. No tenía idea donde quedaba ese lugar, pero
las noticias se veían horribles y era en el corazón de un distrito con turistas
y clase media alta.
De pronto empecé a
pensar, “Donde he escuchado ese nombre Tarata?” Recuerdo decirle a mi familia:
“Esto es raro. Acabo de leer el nombre Tarata. Que coincidencia.” Pero después
de horas se me vino a la mente: Yo había visto ese nombre de esa calle en el
cuaderno de mi mejor amigo! Corrí a buscar el cuaderno y ahí estaba: El vivía
en la Calle Tarata. Recuerdo ese sentimiento horrible de nauseas, y ansiedad,
pero una parte de mi esperaba que la Calle Tarata fuera enorme y que él no
estuviera ahí. Pero mientras mas veía las noticias, ellos decían que esta calle
solo tenía dos cuadras. Llamé a mi amigo y solo escuché la señal de ocupado. Ya
no veía las horas que sea el día siguiente para verlo.
Como la vida no
paró debido al terrorismo, al día siguiente tenía que ir a la academia. Tomé el
bus y todo el mundo hablaba de ese tema, no había forma de escapar de las
noticias. Cuando llegué y fui a mi clase, sabía que tenía que estar vacía ya
que era muy temprano, pero tenía que llegar. Recuerdo claramente llegar a mi salón
y ver a mi mejor amigo sentado sobre su escritorio con su espalda hacia mí. Yo sabía
que era él, alto y flaco. Lo toqué en la espalda, y cuando voltea, le veo lágrimas
en los ojos y me enseña su mano donde estaba agarrando una manija de una puerta.
Esa manija había sido redonda pero ya no lo era. Se veía como un papel
arrugado. Mi amigo me dijo: “Amiga, esto es todo lo que nos quedó.”
Yo estaba tan
molesta, enojada, asustada y hasta egoísta. Por qué él? Por qué la capital?
Esto nunca pasa aquí. Y nunca ha dañado a alguien que me importara. Los próximos
meses se convirtieron el alerta alta, alerta de bombas todo el tiempo. Toques
de queda, decorábamos nuestras ventanas con un tape en caso una bomba
explotara. Así como empezábamos a vivir extremadamente consiente de nuestros
alrededores, también vimos que teníamos que seguir.
Hubo momentos
oscuros, y me preguntaba a mí misma. Porque estaba tan afectada esta vez si
esto ha estado pasando por más de una década? Fue por que había sido cerca? Fue
por que había gente de mi misma condición económica afectada? Fue por qué cada
vez estaban más cerca y tenía miedo? Pero nunca me pregunté como se sintió mi
amigo. Asumí que mi amigo de la academia estaba bien solo por estar vivo. Después
de años me entero que fue duro para él, y que la paranoia de pensar que había
una bomba cerca a su nueva casa era constante. El hasta había querido irse de Perú.
Quien lo puede culpar? En realidad mucha gente se fue de Perú por esas mismas
razones.
Rabia y odio es
todo lo que recuerdo acerca de lo que me relacionaba al terrorismo. Todo lo que
me importaba era que los maten. No me importaba si ellos tenían familias, si
eran niños o si en el proceso mataban a gente inocente también. Nuestro
presidente en ese entonces era Fujimori, si ustedes preguntan sobre él ahora, verán
gente que lo amaba y lo odiaba. Durante su presidencia, hubo muchísima corrupción,
pero para serles honesta, (y sé que seré juzgada por esto), no me importaba la corrupción.
Todo lo que me importó es que durante su presidencia el terrorismo se redujo
(no al 100%). El cometió muchas violaciones a los derechos humanos para que
esto sucediera.
Después de toda esa
experiencia, me pregunto a mí misma, “Acaso soy una hipócrita?” Cuando Donald
Trump empezó a volverse loco acerca de construir el muro y poner todas estas
reglas para asegurarse que los terroristas se mantengan lejos de los Estados
Unidos, yo reaccioné. Me lo tomé personal. Asumí. Juzgué. Pero como puedo
juzgar? Si yo apoyé lo mismo en los 90s en mi país. “Haz lo que tengas que
hacer para hacer a este país mas seguro!” Ese era mi pensamiento en ese
entonces. Y ahora, acaso cambié y me olvide de mi pasado?
No estoy diciendo
que estoy de acuerdo con todo lo que está pasando ahora aquí en los Estados
Unidos, pero antes de juzgar decidí recordar cómo se siente tener miedo, de
estar molesta con la gente que le importaban los derechos de los terroristas o
de los inocentes. No hay manera de que podamos entendernos si es que no hemos
estado en sus zapatos. Todo lo que sé ahora es que me tomo mi tiempo para
formar una opinión. Me hubiese gustado haber sido una mejor amiga para mi
amigo, y espero que el mundo cambie: a no saltar y dar rápidas conclusiones
pero a ser mas compasivos y entender que toda forma de violencia viene del
dolor. No estoy diciendo que no nos debería importar, no estoy diciendo eso.
Solo digo que es difícil entender ya que todos tenemos diferentes opiniones.
Era mi verdadero yo
en ese entonces? Sí, pero ese verdadero yo sigue creciendo y continua madurando
con cada experiencia. Sé que tengo que escoger vivir mi vida basada en amor y
no en miedo, lo cual puede ser muy difícil cuando el caos (interno o externo) está
alrededor de nosotros. Por eso es que camino de la mano con mis clientes, para
ayudarlos a disfrutar de la vida, sea cual sean sus circunstancias. Con
nuestros pensamientos podemos cambiar el mundo que nos rodea, y llámenme
ingenua si quieren, pero tengo la esperanza de que en algún momento no tengamos
que pasar por terrorismo, pobreza, rabia y conflicto. Aprendamos de nuestro
pasado, yo escojo crear mi hermosa realidad, escoge conmigo.
Amor gana al miedo
Yo
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