03/13/2017
Totalmente negro:
Eso era lo que la vida estaba tratando de decirnos. Lo único que recuerdo es
que tenía que permanecer a mi izquierda porque a la derecha había un abismo.
Nos empezó a dar miedo, nos empezamos a gritar, y nos convertimos no en las
personas valientes que empezaron este camino. Mientras discutíamos qué era lo
que íbamos a hacer y dónde íbamos a dormir, vimos una linterna lejos que se
acercaba. Empezamos a gritar, “Ayúdennos! Ayúdennos!!!” Era una señora de la
sierra, quien nos ofreció agua y techo. Ella nos dijo que había una capilla un
poquito más lejos y que ahí podíamos poner nuestras bolsas de dormir y esperar
a la mañana siguiente para continuar.
Por capilla yo
pensé, “Sí!! Una iglesia.” Hasta me imaginé bancas y que cómodo iba a ser pasar
la noche allí. Cuando ella nos enseño cual era la capilla, ay Dios mío!! No sé
si quería reír o llorar, ja ja ja. Era un cuadrado de cemento que con la justas
podías pararte. Dentro de la capilla había un Jesucristo en una cruz y dos baldes
de agua con flores. Habían dos huecos, uno supuestamente era la ventana y la
otra la puerta. Hey! Pero en caso de emergencia no le voy a ver los dientes a
caballo regalado. Estábamos agradecidos que teníamos un lugar donde quedarnos
que tuviera techo para protegernos en caso llueva. Pusimos nuestras bolsas de
dormir bien juntas porque había mucho frio y nos fuimos a dormir.
En el medio de la
noche, sentí una luz muy fuerte en mi cara. Cuando abrí los ojos, vi algunas
personas entrando y pateando nuestras bolsas de dormir para despertarnos. Primero
pensé yo (cuando no yo), “Yay! Hay más gente perdida”, pero cuando vi que esta
gente tenían armas apuntándonos, mi corazón paró. Era esto una pesadilla?
Desafortunadamente, no lo era. Mi amiga y yo fuimos las más rápidas en
despertarnos, pero nuestros dos amigos no estaban despertándose, asi que
tuvimos que ver como los pateaban para despertarse. Nos separaron en dos
grupos, hombres y mujeres. Había un total de 6 hombres con las caras cubiertas
y con armas.
Recuerdo que uno de
los hombres nos llamó para ir hacia él. Mi primer pensamiento era que nos iban
a violar. Mi amiga pensó lo mismo y que después de eso nos iban a tirar al
abismo. Cuando me acerqué al hombre, lo miré a los ojos, y de mi boca salió
algo que me sorprendí: Le dije, “Haré lo que tú quieras, pero por favor no me
mates.” El hizo que me volteara y pusiera mis manos contra la pared. Estaba súper
asustada, era como que el tiempo literalmente se hubiese parado ahí, como el
infierno. Cuando el hombre empezó a pasar sus manos por todo mi cuerpo buscando
por dinero, armas y documentos, me sentí muy incómoda, pero cuando él tuvo que
tocarme por las partes íntimas, me sentí aliviada al ver que él estaba siendo
delicado. Podía sentir que solo estaba buscando por cosas y no tratando de
tomar ventaja. Y pensé que era un buen hombre: él podía haber hecho lo que quisiera
pero no lo hizo. Asi que sentí que podía hablarle. Mientras que todo se sentía caótico,
yo intentaba hablar con los hombres. Ellos perdían paciencia y ponían las
pistolas en nuestras cabezas, diciéndonos que nos calláramos. Yo tenía que
preguntar por la medicina y el pasaporte de mi amigo, quien era argentino. Uno
de los hombres nos devolvió el pasaporte y 3 pares de zapatillas, asi que uno
de nuestros amigos se quedo sin zapatillas.
Todos teníamos
pistolas apuntándonos, y sentía que eran horas, pero la verdad quién sabe cuánto
demoró todo. Los 6 hombres se fueron finalmente, diciéndonos que nos quedáramos
ahí porque regresarían por nosotros. Nosotros no teníamos idea de que hacer,
solo sabíamos que teníamos que esperar hasta el amanecer ya que estaba
demasiado oscuro. Cuando ellos se fueron, se quedó un hombre afuera vigilándonos
y también tenía un arma. Era súper estresante solo el hecho de saber, que ese
hombre se había quedado ahí. Nosotros necesitábamos ir al baño, pero de ninguna
manera íbamos a salir. Asi que no se nos ocurrió mejor idea que agarrar los baldes
con flores, quitarlas de ahí y simplemente orinar adentro. Ja ja ja. Como hacia
tanto frio, nosotros 4 nos quedamos ahí bien juntitos esperando que haya más
luz para irnos de ese lugar. Mientras esperábamos, estaba bien nublado, y lo
único que veía era como fantasmas. Yo estaba aterrada ya que literalmente vi
soldados acercándose a nosotros gateando, y podía ver a través de ellos. Yo pensé
que como estaba cansada y asustada estaba alucinando. Para mi sorpresa mis
amigos también vieron lo mismo.
Finalmente amaneció,
y 3 de nosotros teníamos zapatillas excepto uno de nuestros amigos. Ya que no teníamos
mucho con nosotros decidimos regresar a casa. No Cataratas de Palacala para
nosotros. Nuestro camino bajando, no fue tan feliz como el camino de subida. Estábamos
molestos, culpándonos unos a otros, tratando de ver cómo le hacíamos con
nuestro amigo sin zapatillas para que bajara. Le pusimos bolsas de plástico en
los pies. Paramos en un lugarcito y encontramos unas zapatillas asquerosas, y viejas,
y mi amigo tuvo que bajar con esas zapatillas. Nosotros solo estábamos de muy
mal humor. Nos sentimos mejor cuando mi amiga nos dijo que ella tenía plata
escondida en su zapatilla y con eso nos fuimos a tomar desayuno.
Recuerdo que llamé
a la casa y mi mamá me dice: “Qué pasó anoche?”
“Nada,” le dije, “Solo
necesitábamos regresar ahora.”
Mi mamá dijo: “Yo sé
que algo pasó porque lo sentí. Hablaremos cuando llegues.”
Después de horas
finalmente llegamos a casa. Yo sabía que estábamos sanos y salvo, pero el
trauma siguió por un tiempo, y para serles honestos todavía hay algo en mi que
recuerda claramente la sensación de nauseas cuando me apuntaban con el arma a
la cabeza. Recuerdo que mi primer baño que tomé al regresar, empecé a llorar,
solo de imaginarme que estaría pasando en ese momento si todo hubiese sido
peor.
Todo lo que sé, es
que hubo señales desde el principio de la aventura, pero las ignoramos. Me
hubiese gustado haber puesto mas atención, pero esta experiencia me llevó a un
estado mental diferente y me hizo darme cuenta que la vida era frágil y que
puede cambiar en cualquier momento. Ese fue un momento muy importante en mi
vida, en el cual tomé la decisión de vivir una vida feliz y disfrutar cada
segundo. Sin esa experiencia, no sé si hubiese tomado esa decisión. En algún
momento creo que debería volver allá y confrontar ese pasado, pero esta vez
preparada. Espero que mi amiga quiera ir conmigo pero esta vez con nuestros
esposos.
Ahora todo lo que
puedo decir es que tengo una buena aventura que contar a mi hijo, y con suerte
él también aprende algo de ella. Aquí hay algo interesante para terminar el
blog. Cuando empecé a compartir esto, algunas personas me preguntaron: “No
vieron a los fantasmas de allá?”
Que miedo no?
Yo
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